Blogia
músculo325

Mi “último” jonrón

Mi “último” jonrón

Con 11 años no sabía si decidir por la pelota o por el baloncesto. El béisbol lo jugaba de día, las noches se las dejaba al básquet. “Cuando aquello afortunadamente las canchas de Orozco tenían luces”.

Luis Giraldo Casanova Castillo a los 12 años optó por calzar definitivamente los spike. Nadie lo embulló, estaba convencido de que ese sería su futuro. Así nos recuerda sus inicios en la pelota durante una calurosa mañana de este septiembre, después de saborear un café que le califiqué de excelente y que él con una pícara carcajada me ratifica “ya este no tiene chícharos”.

Casanova, o Capirro como le llaman sus familiares y amistades más cercanas, vino al mundo un 5 de diciembre, sin embargo el número más importante de su vida es el 14, el que lo acompañó en las buenas y en las malas.

Con unas cuantas libras de más y con  50 años, vive orgulloso de sus tres hijos y sus dos nietos, y dice no olvidar jamás a la tierra que lo vio nacer ni a sus amigos de infancia, con los mismos que empinaba un papalote o jugaba a las bolas.


¿Difícil decidir entre el baloncesto y la pelota?
“Un poquito, eran los deportes más arraigados. Yo recuerdo que se hizo una competencia municipal de pelota y participé como receptor y ahí me captaron para la EIDE y se acabó el baloncesto para mí”.


¿Cómo se hacían las captaciones en aquella época?
“Muy, pero muy diferente a como se hacen ahora. Antes los entrenadores de la provincia iban a los territorios, veían jugar a los muchachos en las competencias municipales. En el terreno es donde se puede apreciar mejor el talento. Ahora mandan a buscar a los muchachos de todos los municipios y se hacen masivamente, así no se pueden medir las habilidades.

“En ocasiones se capta a un atleta de un municipio y cuando nos damos cuenta de que no tiene capacidad de albergue, hay que recurrir a buscar otro en el municipio de Pinar del Río y se comete el error de tener a alguien en la EIDE que no es el más indicado”.

¿Qué ha pasado con Bahía Honda, en tu etapa salían de allí muy buenos peloteros, ahora es difícil encontrar uno?
“Bahía no ha tenido la atención que merece. Los entrenadores de allá tienen capacidad, lo que no tienen con qué trabajar. Allí el talento que existía se fue perdiendo. Las escuelas en el campo contribuyeron un poco a eso, incluso muchos jóvenes de allí prefirieron irse a estudiar a la provincia de La Habana. Hay otros que optan por jugar en la Liga Azucarera, donde reciben mejor atención”.

¿Te atreves a hacer un equipo todos estrellas de Bahía Honda y discutir el campeonato nacional?
“Seguro que sí. receptor, Jesús Escudero; primera, Luis Ángel Gómez; segunda, Alfonso Urquiola; tercera, José Luis Lombillo (jugó con La Habana); torpedero, Dionisio Pino; en el jardín izquierdo, Juan Hernández; en el central, Fernando Hernández; designado, Bienvenido Castanedo; Pitcher derecho, Julio Romero y zurdo, Félix Pino. Director Lázaro Gómez”.

Falta el jardinero derecho.
Bueno, hay expertos que han hecho todos estrellas de la pelota revolucionaria y me han puesto en esa posición, así que yo creo que me puedes poner en el jardín derecho del equipo de Bahía Honda y además como cuarto bate”.

Hablando de los cuarto bate, se ven pocos.
“Están perdidos, no sé por qué será, pero están perdidos. Se podrá ir resolviendo con Mayeta, pero en Cuba ningún equipo tiene cuarto bate. Pedroso está con Las Tunas, sin embargo en eventos internacionales lo veo muy tenso, muy presionado y creo que ha recibido bastantes oportunidades, quizás necesite más tiempo para madurar. Yo recuerdo que el guajiro Muñoz era así y después cogió carretera y sus batazos decidieron campeonatos mundiales. Ahora, recuerda que él tenía la presión de Marquetti”.

Veo a muchas glorias del béisbol de tu generación dirigiendo equipos (Pacheco, Víctor, Lourdes, Padilla, Ulacia, Ermidelio), ¿qué ha pasado contigo?
“No lo sé. Nadie me lo ha dicho. Aunque a mí no me gustaría dirigir, yo preferiría ser entrenador, creo que ahí me puedo desenvolver mejor. Quizás mi forma de ser, mi carácter, mi temperamento no sea el más adecuado para ser director de equipo.

“Yo estuve en Italia un tiempo, y allá dirigí un equipo y clasifiqué para la final, por cierto, regaron la bola de que yo me había quedado y tuve que mandar hasta una carta con Juanito Castro explicando que no venía con el grupo porque tenía que quedarme para jugar en la final. “También trabajé en Japón, Nicaragua, estuve con Urquiola en Panamá. Después que me retiré he trabajado más en el exterior que en Pinar del Río”.

Volviendo a los directores, ¿aprecias crisis en este sentido en la provincia?
“No creo eso. Jorge Fuentes es un gran director, Urquiola es un gran director. Ellos ganaron varios campeonatos. Me parece que Omar Linares puede dar un buen director, lo que para saber si da o no hay que ponerlo”.

¿Por qué siempre preferiste a Pineda?
“Pineda inspiraba confianza. Era un jugador más. Sabía tener mano dura, pero sabía también en que momento ablandarla. Urquiola es muy parecido a Pineda, lástima que lo quitaron del Cuba y del equipo de Pinar del Río y jamás le dieron una respuesta. Esos son los errores que acaban con los hombres”

Dicen que si a Casanova le hubiera gustado menos la bebida, pues habría arrasado con todos los récords de la pelota cubana.
“Yo no pienso así. Quizás si la bebida no me hubiera gustado, no habría hecho lo que hice. No te niego que si iba a jugar por la noche, a veces por la tarde me daba unos tragos, incluso en ocasiones pudieron ser de más, pero te aseguro que jamás salí borracho al terreno.

“Mira te voy a contar algo que no sé si sería bueno publicarlo. Yo reconozco que fue un error y no se lo recomiendo a nadie y menos a jugadores jóvenes. En un juego crucial frente a Santiago de Cuba allá en el “Guillermón Moncada”, un entrenador, amigo mío y que fue un gran jugador, me llevó por la mañana a la fábrica de ron y por la tarde a la fábrica de cerveza. Me tendieron una trampa y te aseguro que tomé sin susto.

“El amigo salió vola´o y yo fui por la noche para mi juego de pelota. Cuando mi amigo llegó al estadio el juego estaba dos por cero en el quinto inning, ganando Pinar. Preguntó qué había pasado si Alemán estaba en su mejor noche. Cuando le dijeron que Casanova había dado jonrón en el primer inning con uno en base, no lo quería creer. Así son las cosas y así terminó aquel crucial partido”.

¿Te expulsaron alguna vez de un terreno de béisbol?
“Una sola vez. Fue aquella tragedia con Octavio Gálvez, aquel pitcher de Villa Clara. Me dio un pelotazo y le fui para encima, después de expulsarlo a él, se me acerca el árbitro Mongo Vélez y me dice: ´Casanova por el gesto que hiciste tienes que abandonar el juego´, y yo le dije: no te preocupes que ya me voy”.

¿Y después que pasó con Gálvez?

“Un tiempo después coincidimos en Cienfuegos, estábamos un grupo de jugadores de Pinar y Villa Clara, entre ellos Víctor Mesa, entonces Gálvez se aproxima y me llama y yo no voy, me llama por segunda vez y Víctor me dice que fuera y cuando voy era para ratificarme que aquel día se le fue el lanzamiento y que no tuvo interés en golpearme.

Yo acepté sus disculpas, pero fui un jugador que tuvo que soportar muchísimos pelotazos. Creo que mi mamá llevaba la cuenta”.

¿Cuántas ofertas te hicieron en el exterior?
“Muchísimas, sobre todo en el 81 y en el 85 en Canadá. En el 85, cuando terminamos un juego, me llamaron y me ofrecieron un cheque en blanco y le respondí lo mismo que cuatro años atrás. Yo no sirvo para esto, yo a mi país y a mi familia no las dejo por nada. Así me educaron mis viejos, por eso los quiero con la vida.

“Recuerdo que desistieron de mí y le fueron encima a Omar Linares, lo que no sabían que yo era el padre de Linares. Decían que al “Niño” lo querían para jugar sólo en Canadá y que le pagarían todos sus estudios. Imagínate, desde que él entró al equipo Cuba compartimos siempre la misma habitación. Hoy somos buenos amigos y lo sigo admirando como si fuera un hijo o un hermano”.

¿Qué evento internacional Casanova recuerda con más orgullo?

“Indianápolis 87, los americanos llevaron un tremendo equipo. Tampoco puedo olvidar Edmonton 81, evento en el que me convertí en el primer cubano en alcanzar una triple corona de bateo”.

Pero aquel Mundial de Parma, en Italia, fue espectacular. Cuando Lourdes da el jonrón frente a los americanos, tú estabas en primera porque el árbitro te favoreció.

“Eso no lo sabes tú. Sólo Tino Martínez y yo sabemos la verdad. Fue un juego para nunca olvidar. Lourdes y yo habíamos hablado. El manco no le quería pitchear a él y entonces le dije voy a tratar de llegar a primera como sea para obligarlo a que te lance.
Lourdes estaba muy bien al bate y el manco le había dado tres bases por bolas.

“Vine a batear y di roletazo muy fuerte por tercera, corrí como nunca en mi vida. Tino me toca por la mano, yo le golpeo el mascotín hacia abajo y él intenta volverme a tocar, pero yo ya había pasado y es esa segunda acción la que vio el árbitro e incluso la que captó las cámaras de televisión.

“Después vino el batazo de Lourdes, recuerdo que él se abrazaba conmigo llorando y me decía salió lo que planificamos. Estaba muy nervioso, aquel juego tenía que terminar rápido porque ya no podía volver a batear. Posteriormente Vargas lo decidió con jit al derecho”.

Hoy después de tanto tiempo, ¿ha recibido Casanova todo lo que mereció?

“En parte, es importante saber que he recibido el cariño y el respeto de mi pueblo. Jamás podré olvidar el día que me retiraron. Cuando llegué al estadio vestido con el traje del equipo Cuba me dieron un bate y me dijeron dale que tienes que batear por última vez.

“Yo salí al terreno y le regalé a mi pueblo mi último jonrón. La grada estaba repleta y sé que hubo muchas personas que hasta lloraron de emoción.

“Me preguntas y hay cuestiones que no puedo callar. A veces se hacen compromisos que no se cumplen y pasa lo mismo con atletas retirados como con los que están activos.

“Pudiera pensar alguien que vivo rodeado de lujo, tengo lo elemental para vivir, incluyendo un salario de 400 pesos que cuando me hacen los respectivos descuentos me quedo con menos de 100”.

 

4 comentarios

Jorge Moreno -

No estoy seguro que lo que escribi anteriormente paso bueno desia amo el Karate-do a sido parte de mi vida tengo 46 anos 25 en las artes marsiales natural de San Cristobal todos me conocian por (pipito)aunque ya no estoy alli sigo estando quisiera comunicarme con viejos amigos del karate como mi entrenador Gregorio Pestana (gollo)mis mayores respeto para los maestro cubanos (OSS)un abraso (pipito)

vandal -

Por favor,no sea iluso,claro que vale el reconocimiento del pueblo ,pero tambien hay que comer y todos sabe como son las cosas cuando ya no aportas,de nada te vale el patriotismo sino tienes un plato de comida,el mismo lo dice,le dan 400 pesos y le quitan tanto qe le queda menos de 100 pesos,quien vive con eso e,no alcanza ni para medicinas si tuviess que tomarlas,cuanto cuesta ir a comprar un pedazito de carne al mercado porque en la bodega no lo hay,tampoco nos quieran hacer bobos que y el es una gloria de cuba como tantos otros relegados al ayer y del que se acuerda si el pueblo pero nadie mas

El autor -

En Cuba un atleta de la talla de Casanova no se olvida. Cierto que le faltan muchas riquezas, pero tiene la más grande de todas que es el reconocimiento de su pueblo. El renunció a millones ofertados por quienes piensan que el dinero vale más que la verguenza y el patriotismo

vandal -

Que lastima y que absurdo que a un jugador de esta talla se le tenga olvidado asi